Economistas de leyenda (I): Fan Li, el primer economista conocido de la Historia y precursor de la mercadotecnia (marketing). Una visión introductoria de la Economía en el mundo oriental.

Índice:

0. Introducción.

1. Trasfondo. El contexto y la época de Fan Li. El periodo de las Primaveras y Otoños.

2. La carrera política de Fan Li como ministro de Goujian, rey de Yue.

2.1. Las reformas del reino de Yue.

2.2. Los orígenes de Fan Li. Sus aportaciones como “ministro de Economía”.

2.3. La guerra final contra Wu y la victoria de Yue.

3. La carrera empresarial de Fan Li.

3.1. Fan Li (Chiyi Zi Pi), empresario de éxito en Qi. Segunda fortuna.

3.2. Fan Li (Tao Zhu Gong), empresario de éxito en Linzin (Zibo). Tercera fortuna.

4. La obra economicista de Fan Li: El consejo de jade para la dirección de un negocio.

4.1. Los principios económicos de Fan Li.

4.2. Comentarios a la “obra economicista” de Fan Li.

Bibliografía.

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Hola. ¿Qué calor hace, verdad? Perdonad que no haya escrito nada la semana pasada, pero es que con este calor paso más tiempo dentro de la piscina que fuera de ella. Y que yo sepa, todavía no han comercializado de manera asequible (al menos, dentro de mi poder adquisitivo) ordenadores portátiles subacuáticos, así que os tenéis que esperar a que reúna las ganas suficientes para sentarme delante de mi ordenador de mesa a escribir para vosotros. El portátil es “patrimonio” de Isabel, aunque se ha comprado un notebook y creo que podré actualizar más a menudo si tengo la posibilidad de conectarme desde cualquier rincón de mi finca… pero no lo garantizo.

Bueno, a lo nuestro.

Este artículo va a ser el primero de una nueva serie dedicada a analizar en profundidad el papel de economistas históricos que, por sus aportaciones, han incidido de manera decisiva en la evolución del estudio de la ciencia económica y de la ciencia en general. Algunos son conocidos por el gran público y otros os serán más desconocidos, pero pienso tratar sobre ellos como si no supierais nada… porque sé que la mayoría de los que acudís a mi blog lo hacéis con la intención de consultarme sobre diversos aspectos económicos.

Me he decidido en parte a iniciar esta serie (y perdonadme el cachondeo, pero no puedo evitar señalarlo) porque en el artículo anterior, sobre el descubrimiento del muestreo secuencial, que es una aportación econométrica (matemática) se ha cumplido lo que preví y no he recibido la cantidad de mensajes del hatajo de cobardes conspiranoicos que me cuestionan cualquier chorrada, porque como he tratado sobre matemáticas avanzadas y de eso los muy ignorantes no tienen ni zorra y no pueden comentar nada… pues ni han comentado. Ahí se les ve el plumero pero que bien visto. A la hora de hablar de política económica, todo hijo de vecino que pasa por aquí, se considera con más autoridad y con más sapiencia que un economista como un servidor, y se lía a comentar sin cumplir las normas ni para la madre que lo parió (la mayoría ni se leen el artículo entero, tal y como exijo). Ahora bien… les empiezo a hablar de formulación y les pongo a graficar y huyen como las ratas cobardes que son.

Ay… pero qué “gracia” me hacen.

Pues esta nueva serie va a ser aún más divulgativa que las anteriores y no voy a hablar tanto de matemáticas, aunque lo más probable es que tenga que seguir hablando sobre ellas, lo siento. Intentaré hacerlo de manera más sencilla.

No os preocupéis que pienso seguir atendiendo vuestra solicitudes para que elabore artículos sobre temas económicos específicos, sólo que voy a combinar las respuestas a esas solicitudes con el estudio temático y ensayístico de diversos aspectos de mi especialidad académica, incluidas las aportaciones de los grandes economistas de la Historia… y así mato dos pájaros de un tiro (aumento la “densidad divulgativa científica” de mis artículos) que ya sabéis que no actualizo muy a menudo.

[Os recuerdo las normas para solicitar artículos y las normas para poder comentar. Necesitáis cumplir ambas para que os conteste y para que NO os mande a tomar viento.]

Al explicar las dudas junto con ejemplos claros y detallados de conceptos y recorridos históricos, pretendo no dejar duda alguna al respecto de lo falsas que son numerosas “asunciones” y prejuicios que sobre la Economía tienen muchos ignorantes y predicadores de las falsas teorías de la conspiración que circulan “por ahí”, especialmente en ese “por ahí” que es la internet en castellano. Os recuerdo que no sólo soy un economista científico, sino un luchador escéptico contra el conspiracionismo.

Vamos al grano.

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0. Introducción.

Una de estas dudas (una muy general) me fue formulada por Manuel Cáceres Salinas. Este chico, estudiante preuniversitario, durante una conversación personal que mantuve con él (antes de abrir el blog), me manifestó su creencia de que el estudio de la ciencia económica le parecía muy “artificial” y me dio varias “razones” para afirmar “eso”.

Primero, le parecía que el estudio de la Economía “era demasiado reciente”. Según él, no se encontraban estudiosos o autores que hubieran escrito sobre Economía más que en “las proximidades del siglo XX” y no en “tiempos antiguos”.

Otra cosa que le parecía decisiva para demostrar la “artificialidad” del estudio de la Economía es que no se la ha estudiado o tratado de forma definida y separada de otras áreas de estudio. Es decir, este chico creía que la Economía se ha estudiado principalmente integrada dentro de áreas tradicionalmente más definidas, como las Matemáticas, y que sólo “en la actualidad” se había desligado su estudio de éstas.

Como podéis observar, son opiniones muy, muy subjetivas y genéricas: no me definió qué es “artificial” ni qué son “tiempos antiguos” para él.

El caso es que todo eso parece ser una visión muy extendida.

De hecho, si me he decidido a responder estas cuestiones es porque, recientemente, oooootro lector de mi blog (éste sí), Jorge Fernández (no me ha dado su segundo apellido) ha añadido más “detalles” a esta “percepción popular”. Jorge, al leer que mi especialización dentro del estudio de la Economía es el marketing (también escrito como márketing, márquetin o mercadotecnia, esto es, en su definición más corta, el estudio del mercado), ha vuelto a recurrir al argumento de la “artificialidad” de, según él, gran parte del contenido del conocimiento económico. Según Jorge, el marketing no se ha creado más que recientemente (en el siglo XX me ha llegado a decir) y no se ha necesitado de él más que hasta hace poco, lo cual revela que es “artificial” y “no natural” y que es “impropio de culturas sencillas”.

Pero es que ha ido todavía más lejos. Según Jorge, no ha habido estudios mercadotécnicos más que en entornos modernos “europeos”, lo cual demuestra que sus conceptos están errados de base o son “artificiales” porque son sólo válidos para nuestra cultura del “hombre blanco occidental actual”, con su ansia de crecimiento económico, prisas antinaturales y afán posesivo consumista y materialista…

Bueno, voy a ir arremangándome para empezar a repartir guantazos culturales y académicos, porque las opiniones (más bien prejuicios) de estos dos fallan más que Windows Vista bajo el agua.

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Voy a presentaros las aportaciones y el recorrido histórico de una de las figuras y autores economicistas más importantes del mundo antiguo, Fan Li (también conocido como Tao Zhu Gong), pues básicamente porque él solito desmonta TODOS esos prejuicios que nos han sido expuestos más arriba:

1)      Vivió en el siglo V antes de Cristo. Sí, sí, sí… habéis leído bien: fue un economista del siglo V a. C. Toma castaña. Es decir, que es antiguo de narices. No se le puede “acusar” de ser “reciente”, vaya.

2)      Como seguramente habréis podido averiguar por su nombre, era chino. Es decir, es un autor no europeo ni de “raza blanca”. Para que veáis que no sólo los europeos ni las culturas nacidas en Europa o en Oriente Medio se han preocupado de estudiar la Economía.

3)      Fue un autor que ha pasado a la Historia por haber dado lugar a un tratado económico… pero que netamente centrado en aspectos económicos, vaya. Muy, muy centrado. Coño, como que el tratado se llama, literalmente, El consejo de jade para dirigir un negocio. Su obra no se circunscribe como “subalterna” de otras áreas de conocimiento (filosofía, matemáticas, administración pública, política, etc.), sino que se percibe clarísimamente definida como una obra economicista.

4)      Fan Li no es muy conocido en Occidente… por la sencilla razón de que su obra y sus aportaciones se enmarcan dentro del área cultural de la sinosfera o «mundo cultural chino». Pero su importancia en Oriente es inmensa. Tan es así, que a Fan Li se le reverencia en numerosos templos tradicionales chinos como una encarnación de Cai Shen, el dios de las riquezas y de la prosperidad (o como un dios en sí mismo). Eso, a nivel popular. Pero a Fan Li se le recuerda en el mundo académico de la Economía por ser un precursor del marketing y uno de los primeros economistas de la Historia de la humanidad.

De hecho, en la actualidad, el mundo académico le estudia como el primer economista conocido (más correctamente, habría que decir «estudioso de la Economía»). Tan desconocido era Fan Li en el mundo occidental que, seguramente, muchos de vosotros, los que hayáis estudiado Ciencias Económicas, ni siquiera hayáis oído hablar de él.

En mis tiempos en la facultad se estudiaba a Jenofonte (con su diálogo socrático Oeconomicus, el “Económico”) en la antigua Grecia y a Chanakya, el primer ministro del emperador Chandragupta del imperio indio Maurya (con su tratado el Arthashastra, traducido de varias maneras, la más conocida como “La ciencia del beneficio material”), como los primeros estudiosos de la Economía.

Pero tanto Jenofonte como Chanakya son:

a)      Posteriores cronológicamente a Fan Li (su obra se enmarca en los siglos IV y III a. C., respectivamente), y

b)      sus obras no están centradas sólo en aspectos económicos, sino que tratan muchas más cosas. El Arthashastra de Chanakya, en concreto, trata sobre cómo gobernar un imperio (a Chanakya se le conoce popularmente como “el Maquiavelo indio”). Esa obra es muy interesante, quizás le dedique un artículo a describir su importancia.

La obra de Fan Li, sin embargo, está centradísima es aspectos puramente económicos.

5)      Fan Li llegó a analizar y desarrollar bastante acertadamente y en relativa profundidad aspectos tan actuales y conocidos hoy en día como la evaluación de perfiles y gestión de carteras de clientes, recursos humanos, la importancia de la publicidad, la importancia de la financiación y la contabilidad y, sobre todo, el estudio de mercado. Y lo más curioso es que habló de prácticamente todo ello, siendo consciente de la importancia que esos aspectos tenían como constituyentes de un área definida de estudio y de conocimiento propio.

Lo cierto es que Fan Li fue un tipo bastante curioso e interesante. Su vida, obra y milagros darían para varios artículos. Circulan multitud de leyendas posteriores a su época sobre él, pero yo estoy aquí principalmente para hablaros de su papel como economista y precursor del marketing… cosa que seguramente desconoceréis muchos de vosotros porque sobre Fan Li hay poquísimo escrito en castellano. Es más, aunque yo he estudiado Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas, no conocí su legado a través de lo que me enseñaron en la facultad, sino porque siempre me ha gustado leer y documentarme muy bien. Y, dado que hablo inglés, siempre he buscado bibliografía no sólo en español, sino también en la lengua de Shakespeare.

Voy a intentar paliar ese desconocimiento que sobre Fan Li y sus aportaciones económicas existen en castellano, redactando un ensayo (por cierto, advertencia: va a ser muy largo, os recomiendo que lo leáis poco a poco, en varios días si hace falta).

Saleroso que es uno.

Además, es una historia muy bonita… ¡llena de intrigas, luchas, combates, superación personal y hay incluso mujeres y temas románticos de por medio! Se podría hacer una telenovela con la vida de Fan Li (y con las leyendas que sobre él se contaron desde entonces). De hecho, es que existen desde cómics y películas hasta óperas tradicionales chinas sobre la vida de este señor.

Para todos vosotros, la primera biografía completa en castellano del primer economista conocido de la Historia: Fan Li.

Fan Li (retrato idealizado no contemporáneo realizado probablemente en la época Qin).

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1. Trasfondo. El contexto y la época de Fan Li. El periodo de las Primaveras y Otoños.

No se sabe exactamente ni cuándo nació ni cuándo murió Fan Li, pero vivió a finales de la complicada aunque interesante era de la historia china conocida como el periodo de Primaveras y Otoños (Chūn qiū shí dài en chino, se le llama así por los anales cronológicos en los que los escribas registraron los hechos de este periodo y que editaban la primavera y el otoño de cada año de esta época histórica).

[Nota: utilizaré el sistema pinyin de transcripción de los caracteres chinos a los del alfabeto latino, ya que es el oficial y utilizado por la Organización Internacional para la Estandarización.]

Voy a resumiros escuetamente esta turbulenta época de finales de la Edad del Bronce e inicios de la Edad del Hierro chinas porque es muy importante conocer el contexto de la vida de Fan Li, ya que ayuda a explicar muchas cosas que le sucedieron y que, por supuesto, influyeron en su obra.

A principios del siglo VIII a.C., los gobernantes de la dinastía Zhou (todavía no había emperadores como los conocemos hoy en día), se vieron obligados a recurrir cada vez más y más al feudalismo (concesión de autoridad jurídica y militar y tierras a sus vasallos a cambio de servicios y reconocimiento de soberanía) porque el territorio chino (por aquel entonces ya ocupaba las cuencas del Yang-Tsé y del río Amarillo) se había hecho demasiado grande para gobernarlo centralizadamente y se necesitaba de gobiernos locales para defender las fronteras contra los “bárbaros”, cobrar tributos, realizar obras públicas como los famosos canales, etc.

Pero llegó un momento en que eso se convirtió en una gran debilidad para la corte de esta dinastía ya que fue perdiendo poder poco a poco y el país se acabó fragmentando en multitud de estados dirigidos por sus cada vez más independientes y numerosos vasallos. Si bien los Zhou siguieron manteniendo el título de reyes o dirigentes supremos hasta casi el final de la época, éste era puramente nominal y durante varios siglos fueron los diferentes señores feudales los que ostentaron el verdadero poder. Estos señores feudales se dedicaron a guerrear entre ellos intentando reunificar el país bajo SU estandarte (faltaría más)… o para obtener el mayor poder posible. La historia de este periodo se resume, básicamente, en cómo los diferentes gobernantes de estas nuevas entidades políticas, guerreaban y competían entre ellos: los más poderosos y exitosos absorbían a los más débiles.

Mapa de la China del periodo de las Primaveras y Otoños.

Este periodo comprende desde el 722 a. C. hasta el 403 a. C. (fecha de la partición del estado de Jin, aunque otros autores dan fechas distinta para considerar el final del periodo: 481, 468, etc.), a partir del cual ya sólo quedaron un puñado de estados competidores entre sí, pero bastante poderosos.

En esta “ronda final de combates”, conocida históricamente como Zhànguó Shídài (“periodo de los Reinos Combatientes” o “de los siete Reinos Combatientes”), de siete estados que habían sobrevivido al periodo de Primaveras y Otoños, venció el estado de Qin, que absorbió a todos los demás bajo el mando de su famosísimo gobernante Qín Shǐ HuángdìShi Huangdi»), el cual se acabó convirtiendo en el primer emperador histórico de China y que seguramente conoceréis porque fue quien ordenó empezar la Gran Muralla y el que fue enterrado con los famosos guerreros de terracota.

[Nota cultural: Los más cultos de vosotros seguramente habréis notado la similitud de este último periodo con el del Sengoku Jidai (“la era del país en guerra” o «era de los Estados combatientes»), que denomina un periodo similar de la historia japonesa, muy conocido por ser la época de las batallas más épicas entre los clanes de samurai del llamado “Japón feudal” y que abarcó desde finales del siglo XV hasta principios del XVII). Estos términos se parecen porque los historiadores japoneses no pudieron evitar ver las grandes similitudes con el periodo chino de los Reinos Combatientes.]

Eso para ubicaros históricamente en esta importantísima época de la historia china durante la cual vivieron y desarrollaron su obra personalidades hoy tan conocidas como Confucio, Sun Tzu, Meng Zi (Mencio) o el discutido Lao Tsé (o Laozi). De hecho, muchos de ellos fueron contemporáneos.

Pero retrocedamos.

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2. La carrera política de Fan Li como ministro de Goujian, rey de Yue.

El último gran conflicto del periodo de las Primaveras y Otoños lo libraron dos estados: Wu y Yue.

-El territorio del estado de Wu lo constituía la desembocadura del Yang-Tsé. Su capital era Gusu, la actual Suzhou.

-El territorio del estado de Yue, con capital en Zhiji, abarcaba partes de las actuales provincias de Zheijang y Jiangsu.

Estos dos estados (nota: en algunos libros aparecen calificados como “reinos” o “ducados”, en la actualidad se prefiere el término más neutral de “estado”) se llevaban bastante mal. Según los anales de Primaveras y Otoños, una princesa Yue huyó de su marido Wu buscando refugio en su patria y esto desencadenó un feudo de sangre entre las dos dinastías gobernantes de estos estados (los Ji de Wu y los Mi de Yue), que guerrearon frecuentemente entre sí.

En el 496 a. C. ascendió al trono de Yue el que en Historia se conoce como “rey Goujian (o Gou Jiang) de Yue” a la muerte de su padre, el marqués Yunchang. Gobernó hasta el 465 a. C.

El rey Goujian de Yue.

[Nota cultural: en las traducciones en lenguas europeas de los títulos del sistema chino feudal Fēngjiàn, diversos autores (especialmente los chinos de influencias marxistas) han establecido un sistema de equivalencia entre los diferentes títulos chinos y europeos feudales. Es por eso que en diferentes obras veréis cosas como “marqués de Jiang”, “rey de Wu”, “duque de Qi”, etc. La idea era aclarar los rangos para los lectores occidentales y hacer válida la teoría marxista de la evolución social desde una sociedad tribal al feudalismo y del feudalismo a una sociedad “burguesa”, obviamente, pero hasta qué punto son equivalentes, está sujeto a discusión, ya que el feudalismo chino y europeo no son iguales. Las equivalencias las tenéis aquí.]

Aprovechando la debilidad inherente del estado de Yue mientras cambiaba de gobernante, las tropas del rey Helü de Wu atacaron en plenos funerales (algunas tradiciones refieren que este ataque fue una represalia, a su vez, por un ataque anterior del difunto Yunchang contra la capital de Wu cuando éstos estaban ocupados atacando al vecino estado de Chu: las “puñaladas traperas militares” eran muy frecuentes en esta época de la historia china, ya lo veremos).

[Nota cultural: no sé si conoceréis el Arte de la Guerra, de Sun Tzu, famosísimo en el mundo entero por ser el tratado militar por excelencia del mundo antiguo. Bien, la mayoría de tradiciones y crónicas recogen que Sun Tzu (también llamado Sun Wu), el autor del tratado, fue uno de los generales del rey Helü, y que sus victorias en la guerra contra Chu le motivaron a escribir aquella obra. Aun así, no todos los historiadores creen que Sun Tzu fuera general de Helü o que siquiera viviera en el siglo V a. C. La mayoría de historiadores actuales que creen que existió en la época sí coinciden, sin embargo, en que para cuando el rey Helü invadió Wu, Sun Tzu o ya no era general en activo o ya había fallecido.]

Goujian se defendió y logró contener la invasión. El mismísimo rey Helü llegó a ser herido de muerte en los combates. Su hijo y sucesor, el futuro rey Fuchai (Fucha o Fu Cha, 495 a. C.– 473 a. C.) de Wu, consiguió derrotar al ejército Yue a base de perseverancia, logrando incluso capturar a Goujian.

Estatua del rey Fuchai de Wu.

Las crónicas (más adelante hablamos de ellas) recogen el hecho de que uno de sus ministros acompañó en el cautiverio y la desgracia a Goujian: un tal Fan Li.

Antes de partir como prisionero, los ministros y notables de su reino (Fan Li entre ellos), recomendaron a Goujian que, si quería sobrevivir, debería abandonar su juvenil arrogancia y comportarse con la más abyecta humildad para ganarse el perdón del victorioso Fuchai.

Goujian así lo hizo: durante tres años no paró de hacer las mayores reverencias ante Fuchai, cuidar sus caballos y recoger sus excrementos, barrer el suelo de palacio y todo ello sin dejar de alabar a su captor por su benevolencia y su perdón. Fuchai sometió a Goujian a humillaciones sin cuento durante su cautiverio, obligándole a él y a su reina a hacer de sirvientes.

Una anécdota especialmente relevante de la situación y que se demostró decisiva cuenta que, en una ocasión, Fuchai se levantó con dolor de estómago pero su médico personal no supo encontrar la razón. Goujian pidió permiso para probar (degustar) las heces de Fuchai, deduciendo que lo que padecía Fuchai no era más que un resfriado estomacal que se curaría tomando vino caliente. Resultó ser un remedio acertado.

Fan Li fue quien le recomendó que cometiera semejante repugnancia (más adelante sabremos cómo supo el remedio).

Fuchai, después de aquello, acabó confiando en que Goujian «había aprendido la lección» y, “tragándose” sus promesas de eterna lealtad disfrazadas bajo un falso servilismo, permitió a Goujian volver a Yue para gobernarlo como su vasallo tributario.

Craso error.

Goujian ha pasado a la Historia como uno de los gobernantes feudales más astutos y vengativos del periodo de las Primaveras y Otoños.

Juró vengarse de Fuchai y de Wu y, al regresar a su reino, se dedicó a reconstruirlo y prepararlo para su venganza.

Tal fue su determinación que se negó a vivir lujo alguno para recordar permanentemente las humillaciones que había recibido a manos de Fuchai: no probaba más que comida frugal campesina y tomaba bilis frecuentemente para recordar el amargo sabor de la derrota.

En chino hay un refrán que dice: wò xīn cháng dǎn (“dormir sobre palos y saborear bilis”), que se dice cuando alguien quiere tener o dice tener una determinación tan fuerte como la de Goujian. De hecho, esta capacidad de sacrificio que demostró Goujian para vengarse de las humillaciones padecidas, constituyeron un tema central de la propaganda nacionalista y comunista china con la que se pretendía animar al pueblo haciendo ver que se lograrían vengar las humillaciones infligidas por los occidentales y los ocupantes japoneses desde el siglo XIX.

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¿Logró vencer Goujian?

Sí.

¿Cómo?

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2.1. Las reformas del reino de Yue.

Goujian inició un periodo de reformas de diez años en Yue apoyándose en cuatro pilares fundamentales:

1) Su dirección personal política centralizada, determinada y de mano dura. Es decir, el proyecto de reconstrucción contaba con un líder determinado a tener éxito, enérgico y que no se andaba con tonterías.

2) La actividad diplomática y de espionaje de sus funcionarios y embajadores. Aprovechando los contactos que logró mientras fue prisionero en Wu, Goujian debilitó a su enemigo desde dentro, sobornando (como al primer ministro, Bo Pi) y enfrentando a unos notables del reino contra otros mediante intrigas, logrando incluso hacer caer en desgracia al general más capaz del reino, Wu Xizu, que era el más ardiente partidario de matar a Goujian y destruir el reino de Yue. Goujian era consciente de que mientras él reconstruía su reino, no podía dejar que su adversario se fortaleciera  y continuara sacándole ventaja.

[Nota: Es más, Goujian recurrió a una estratagema especialmente rastrera: sus ministros (Fan Li entre ellos) se dedicaron a rastrear el país en busca de mujeres especialmente bellas que luego envió a Wu como tributo (como Xi Shi y Zheng Dan). La función de estas mujeres, a las que se educó especialmente como cortesanas, era distraer de los asuntos de estado a Fuchai, para que ni pudiera observar el resurgir de Yue ni se preocupara de su propio país… y no solicitara tributos de índole “económica”.

Xi Shi, la que acabó por convertirse en favorita de Fuchai, enviada por Goujian (y, según alguna leyenda, encontrada por el mismísimo Fan Li), era de una belleza tan excepcional que es considerada una de las “cuatro bellezas legendarias de la China antigua”. Existe una leyenda china que decía de Xi Shi que era tan bella que cuando se asomaba a los estanques para ver a los peces, éstos, al verla, se olvidaban de nadar.

Retrato idealizado actual de Xi Shi. Mo-ní-si-ma.

En chino, a esta estrategia militar (verídica y recogida incluso en el Arte de la Guerra de Sun Tzu) se la conoce como “la trampa de la belleza”. No obstante, se ha sobredimensionado mucho el papel de la astuta Xi Shi en la historia (algunos relatos ponderan en exceso a mi juicio la adoctrinación patriótica de Xi Shi que sacrificó su virginidad en pos de la misión encargada por su señor) y lo cierto es que es más materia de leyendas que otra cosa, pero la incluyo porque la estratagema en sí fue cierta.]

3) Las reformas militares de su «ministro de exteriores y asuntos militares», Wen Zhong.

4) Las reformas económicas de su “ministro de Economía”, Fan Li.

Como podéis ver, fue un proyecto bastante completo. De especial relevancia para nosotros fue el papel de este último ministro, Fan Li, cuya actividad hizo que pasara a la Historia por derecho propio, al margen del papel histórico de su señor, el rey Goujian.

Obviamente, en este artículo sobre Economía, nos vamos a centrar en Fan Li, pero quiero que veáis el tema desde una perspectiva lo más completa posible para entender cómo sucedieron las cosas y cómo llegó Fan Li a convertirse en el primer economista conocido de la Historia y uno de los más importantes de Oriente.

Los protagonistas de la historia del rey Goujian.

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2.2. Los orígenes de Fan Li. Sus aportaciones como “ministro de Economía”.

Como ya dijimos, no se sabe exactamente ni cuándo nació Fan Li ni cuándo murió.

Su nombre (Fan Li era su ming o nombre familiar, y Shao Bo era su zi o nombre “de estilo cortés”, el que emplean en la cultura china antigua los adultos de la misma generación para dirigirse de manera cortés unos a otros) aparece por primera vez en las crónicas de los anales de las Primaveras y los Otoños y en el Shiji (se suele traducir como “Memorias históricas” o “Recuerdos del Gran Historiador”, de Sima Qian) como uno de los notables (Da fu, “funcionario letrado”) que acompañaron a Goujian al cautiverio mientras Wen Zhong, su otro ministro principal, mantenía una independencia muy precaria y nominal de Yue el tiempo que su señor estuvo prisionero en el reino de Wu. Esta última crónica es la que recoge la mayoría de los datos históricos sobre Fan Li.

Se sabe poco de los orígenes de Fan Li pero parece ser que nació en Wan (actual Nanyang, provincia de Henan, en el por aquel entonces estado de Chu).

La mayoría de historiadores chinos encuadran a Fan Li dentro de la clase de los shì (士), personas con un estatus a medio camino entre la antigua aristocracia y el pueblo llano. Eran gente que descendía de familias que alguna vez fueron aristocráticas pero que habían ido a menos con la turbulencia de la época. Muchas de estas personas eran hombres ilustrados e intelectualmente preparados que llevaban una vida itinerante buscando un señor al que servir y bajo el que medrar. Una especie de “mercenarios intelectuales” que confiaban en ascender mediante la demostración de sus méritos personales y no en base a un linaje aristocrático. Confucio y Sun Tzu también pertenecían a esta clase social que fue la responsable de gran cantidad de innovaciones (políticas, sociales, económicas, militares…) de la época.

Muchos funcionarios, consejeros y cargos de los principados y reinos de la época pertenecían a esta clase.

Tan numerosos eran los miembros de esta clase itinerante que la mayoría de grandes ciudades y principados disponían de una institución a medio camino entre una academia y una residencia temporal: las llamadas “casas (o logias) de sabios”. Estas instituciones, patrocinadas por príncipes y gobernantes de la época se dedicaban, entre otras cosas, a alojar a los sabios itinerantes (como Fan Li y Confucio), a la espera de que esos mismos gobernantes o sus funcionarios de mayor rango pudieran examinar la valía de estos “postulantes”. En estas “casas de sabios” era donde se producía gran parte del intercambio intelectual entre los sabios de la época, que comentaban sus progresos, avances, ideas, se recomendaban unos a otros, etc.

La inmensa mayoría de estos “sabios” no estaban especializados en una sola área de conocimiento, sino que su formación era muy ecléctica. Muchos de ellos eran incluso guerreros a la vez que sabios (como Sun Tzu, el autor de El Arte de la Guerra). En aquellos tiempos (como en los tiempos de los filósofos griegos y del Renacimiento), los sabios “entendían de varias cosas”. Sabemos de Fan Li que había estudiado medicina (ahora sabéis cómo supo remediar la enfermedad del rey Fuchai y utilizó eso para ventaja de su señor… y posteriormente, en su vida, le fue de mucha ayuda), astronomía, literatura, Historia, poesía, geografía y tiro con arco. Lo típico de un hombre formado de la época.

Cuenta la tradición que fue en la “casa del sabio” de la capital de Wu donde Wen Zhong se encontró con Fan Li. Impresionado con su habilidad y su “linaje de aprendizaje” (Fan Li aseguraba haber estudiado en la prestigiosa escuela fundada por Baili Xi), le recomendó ante la reina Jiyu, la esposa favorita de Goujian y ésta, a su vez, se lo recomendó al rey.

No se sabe a ciencia cierta cómo ascendió al cargo de ministro de Goujian, pero es obvio por todo lo que llegó a realizar que los que estaban a su alrededor, su señor incluido, se dieron cuenta de que era una persona excepcional.

De lo poco que se sabe del periodo entre su recomendación y el cautiverio en Wu, es que Fan Li ayudó en el esfuerzo de guerra contra la invasión de Helü (leyendas hay a montones: se dice de Fan Li que era un excelente arquero, capaz de atravesar dos pájaros de un solo disparo, que si se le daban las mujeres “especialmente bien”, etc.) y que aconsejó rechazar la invasión pero pedir la paz una vez se hubiera expulsado al invasor. Wen Zhong y otros ministros aconsejaron lo mismo pero Goujian, que era muy joven por aquel entonces, se dejó llevar por el entusiasmo de haber podido vencer a Helü y continuó la guerra contra su sucesor, Fuchai. Como ya vimos, Fuchai, que contaba con un ejército más grande y mejor preparado, acabó por vencer a la larga a Goujian e incluso capturarlo.

Al volver del cautiverio, Goujian encargó a Wen Zhong que realizara una reforma del ejército de Yue para que pudiera derrotar sin contemplaciones al ejército de Wu de manera decisiva. Wen Zhong no podía hacerlo solo. Él era un funcionario militar y podía entrenar a sus tropas y sabía lo que necesitaban pero no podía sacar los suministros ni el dinero de la nada (los soldados profesionales que se dedican todo el año a ser soldados y no a cultivar como los campesinos, requerían una paga constante): necesitaba de financiación y organización económica y logística. De eso se encargó el que se acabó convirtiendo en su amigo, Fan Li.

Al volver de Wu, Goujian le concedió a Fan Li (es de suponer que en agradecimiento a sus servicios) el título de Shang Jiang Jun que se suele traducir libremente como “gran ministro” o “canciller” (aunque significa literalmente “gran general”, pero no en un sentido estrictamente militar, sino denotando su preeminencia como “general” o “jefe de funcionarios”; en aquella época tan turbulenta los cargos militares y civiles no estaban completamente diferenciados ni separados).

Fan Li no era exactamente un “ministro de Economía” como conocemos hoy en día el término. En aquellos tiempos, se denominaba “ministro” a cualquiera de los funcionarios y consejeros de alto rango que asistían y aconsejaban directamente al soberano, muchas veces en materias muy diversas a la vez. Fan Li destacó por centrarse especialmente en las actividades de reconstrucción económica. Y muy acertadamente. De ahí que se le denomine frecuentemente “ministro de Economía de Yue” en numerosos textos sobre su vida.

No se ha dejado constancia pormenorizada de todas y cada una de las reformas que llevó a cabo Fan Li pero, por inferencias en las crónicas y anales, se sabe que:

a) Trabajó codo con codo con el otro “canciller” del reino, Wen Zhong, encaminando la economía del país para preparar al ejército. No actuó por separado de otros ministros y consejeros, sino planificando conjuntamente.

b) Desarrolló la agricultura del país. Fan Li es muy recordado por ser uno de los primeros autores en registrar y sistematizar las técnicas de piscicultura (especialmente la cría de carpas), con técnicas que se siguen utilizando hoy en día. De hecho, existe un Tratado de Fan Li sobre piscicultura (enlace en francés), atribuido a su persona, aunque no se sabe a ciencia cierta si lo escribió él mismo o simplemente lo mandó redactar.

La piscicultura es una técnica muy compleja porque requiere de obras de canalización y embalse de agua, pero que obtiene resultados excelentes: permite tener alimento (y agua) para todo el año y no depender de las importaciones alimentarias del exterior, con lo cual la balanza de pagos del país se inclina más a su favor. Además, puede ser utilizada conjuntamente con la agricultura vegetal para mantener reservas de agua para el regadío… y se aprovechan tierras que no podrían ser cultivadas: aconsejó realizar esos embalses en áreas rocosas y colinas que, de todas formas, no iban a producir cosechas con lo cual se le sacaba partido a unas tierras de otro modo improductivas, mediante la producción de pescado.

c) Potenció tremendamente las industrias metalúrgicas (en aquel tiempo artesanales) de Yue, las cuales adquirieron una fama a nivel de toda China de proporciones épicas (al estilo del acero toledano en la Edad Media y el Renacimiento). La mismísima espada del rey Goujian es uno de los testimonios más grandiosos de este desarrollo económico.

Es más, los únicos lujos que se permitió Goujian fueron los militares. Su espada es, sencillamente, impresionante:

Espada de Goujian.

En los caracteres se puede leer: «(Perteneciente a) el rey Goujian de Yue, hizo esto para (su) uso personal.»

[Nota cultural: Perdonad que haga un inciso, pero no sé si sabéis que soy un gran aficionado a la historia militar. Esa espada NO es normal. De hecho, es un tesoro nacional chino: se la encontraron en una tumba aristocrática sumergida en agua ¡después de dos mil años! Cuando la sacaron de la vaina, brillaba como si la desenvainaran por primera vez. Sin óxido alguno. Dos mil años después, y los científicos que la sacaron de la tumba pudieron cortar un mazo de papel de veinte páginas con ella. Está hecha de una aleación inusual de bronce (con los filos más duros que el lomo), con incrustaciones de turquesas, y tiene grabado un delicadísimo patrón de decoración geométrica romboidal.]

Puro arte y pragmatismo bélico unidos en el mismo objeto. Y un excelente trabajo metalúrgico.

Eso sí que es un “trabajo de chinos”.

El periodo de las Primaveras y los Otoños, como podemos observar, fue una época culturalmente muy activa, a pesar de (o precisamente por) ser una época de conflicto continuo.

Las exportaciones de objetos de metal de Yue llegaron a tal punto que incluso sus enemigos, los Wu, les compraban armas. La lanza del rey Fuchai, otro de los artefactos militares de la época… irónicamente, ¡fue fabricada en Yue!

Lanza del rey Fuchai.

Como habréis notado, Fan Li potenció una industria que no sólo servía para equipar a su ejército sino que, además, obtenía grandes ingresos a través de las exportaciones (y permitía saber cómo podría estar equipado tu enemigo). Por no hablar del prestigio asociado “a la marca”.

d) No se conoce exactamente el sistema que empleó Fan Li, pero el pago de las tropas Yue estaba al día. Fan Li se benefició del hecho de que la corte de su señor Goujian no gastaba en lujos como hacían otros señores aristocráticos de la época. Por tanto, se podía permitir el tener un presupuesto muy superior al de sus rivales que gastaban considerables sumas en objetos suntuarios y actividades de… ocio (joyas, sedas, organización de cacerías, el mantenimiento de un harén compuesto por numerosas concubinas, etc.).

La crónica Shiji resume muy poética pero gráficamente, el resultado de todas estas reformas:

Diez años de reformas; el estado es rico, los guerreros son bien recompensados. Los soldados cargan bajo las flechas como hombres sedientos dirigiéndose a saciar su sed…

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[Nota: algunas crónicas, como el Lüshi chūn qiū (“Los anales de Lü Buwei”) y el Wu Yue chūn qiū (“Los anales de Wu y Yue”), de Zhao Ye, recogen, aparte de las reformas de los ministros de Yue (Fan Li, Wen Zhong, Jiyan…), un montón de estratagemas y ardides que diseñaron para derrotar y debilitar a sus enemigos y que revelan que los hombres de la época podían llegar a ser unos auténticos cabronazos. No puedo citaros todas y cada una de ellas porque eso alargaría innecesariamente un ensayo ya largo de por sí y que pretendo se centre en cuestiones económicas, pero lo cierto es que las ideas que estos personajes pusieron en práctica dejan a Maquiavelo como una hermanita de la Caridad en comparación. Os cito algunas para saciar algo vuestra curiosidad pero que sepáis que son muchas más (el que quiera saber más, que se lea las crónicas):

-Como sabían que los Wu lo utilizarían para plantar cosechas, los Yue enviaban gran parte de su tributo en grano… ¡hervido! Así, cuando lo plantaban… ¡no germinaba! Las cosechas de los Wu resultaron penosas durante años.

-Cuando el grano producido en Wu escaseó, subió de precio. Los Yue, aun así, lo compraban, para evitar que la población y el ejército rival estuvieran bien alimentados.

-Sabiendo que a Fuchai le gustaban las casas espléndidas y los palacios, Yue enviaba parte del tributo a Wu en madera y artesanos para que le construyeran esos palacios (siempre construcciones de lujo, no defensivas). El objetivo era “incentivar” a que Wu gastara gran parte de su presupuesto no en comprar alimento fuera del reino, mejorar su ejército o en aumentar sus defensas, sino que se lo gastara en “obras faraónicas”. Y el rey Fuchai tan contento de que el «sumiso» reino de Yue le enviara tributo puntualmente.

-Ya hemos visto el “uso” que se le dio a las “mujeres entrenadas” en el caso de Xi Shi con el rey Fuchai de Wu, pero se realizó a una escala masiva con todos los hombres relevantes del reino rival junto con los sobornos. La idea era que estos notables hicieran la “vista gorda” ante la recuperación económica y militar de Yue y enfrentar a unos notables contra otros. Las mujeres actuaban de espías e incitaban a los hombres a gastar. No os vayáis a creer que esta táctica la utilizaron sólo los Yue. Uno de los consejos más famosos que aparecen en El Arte de la Guerra, de Sun Tzu, consistía en debilitar a tu enemigo enviándole “mujeres sucias” (literalmente) antes de una guerra o de un combate, para cansarlos, distraerlos, eliminarles el ansia de batalla… y transmitir enfermedades sexuales. Lo dicho: vaya panda de cabrones los chinos de esta época.

-Una de las características más importantes de la recuperación de Yue fue el hincapié que pusieron los ministros en que el rey contratara los servicios de los mejores profesionales de la época, como Chen Yien, el legendario maestro arquero, para reformar y entrenar al ejército. Goujian llegó a contratar ¡¡¡…a una mujer!!! como la instructora de esgrima de sus tropas (Yue nü, la “doncella de Yue”) porque era la mejor espadachina. Un caso excepcional de pragmatismo en la machista sociedad china y un caso muy raro de ver en la historia mundial.]

La doncella de Yue entrenando a un soldado de Goujian.

 

Quiero haceros notar que la inmensa mayoría de estas estratagemas no habrían funcionado de no haber tenido una economía saneada.

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2.3. La guerra final contra Wu y la victoria de Yue.

Los nuevos ejércitos Yue, dirigidos por Wen Zhong, esperaron una oportunidad de debilidad de su enemigo, que se presentó cuando Fuchai se dirigió al norte de China con el grueso de su ejército a combatir al estado de Jin, con la esperanza de convertirse en el señor feudal más poderoso de China. Wen Zhong atacó contundentemente y por sorpresa el territorio Wu, devolviendo la jugarreta con la que los Wu vencieron a Goujian en la anterior ocasión.

Los perfectamente equipados, entrenados y bien dirigidos guerreros Yue aplastaron al ejército reunido a toda prisa por el príncipe heredero, el hijo de Fuchai, el cual murió en el combate, y devastaron las fuentes de riqueza del país.

[Nota: Las crónicas recogen la actitud fanática de las tropas Yue en su afán por conseguir la victoria. El Shiji cita una sangrienta estratagema de los ejércitos del rey Goujian. Según esta crónica, el rey ordenó sacar de sus cárceles a todos los sentenciados a muerte para que ocuparan la línea frontal de sus ejércitos. Éstos se suicidaban delante de las tropas del enemigo, y éstas, aterradas y distraídas por el sangriento espectáculo, no se percataban de que estaban siendo envueltas por los flancos por el resto de las tropas Yue. Si bien es cierto que el Shiji es una crónica relativamente fiable en cuanto a relación de dinastías, fechas, etc., también he de hacer hincapié en que es muy poética. Varios aficionados a la historia militar hemos debatido la posible veracidad de esta táctica y creemos que consistió en sacar a los condenados a muerte de las prisiones y que se les ponía en la línea frontal de choque, sí… pero dudamos muy mucho de que estos hombres optaran por suicidarse (¿para qué?) así que, realizando paralelismos con otras guerras, creemos más posible el que a estos condenados a muerte que no tenían nada que perder probablemente se les prometía perdonárseles la vida a cambio de que pelearan (con gran desesperación y desesperación suicida) en el lugar más peligroso de una batalla: la línea frontal, actuando de freno y carne de cañón mientras el resto de tropas, más valiosas, envolvían por los flancos a las así frenadas tropas Wu aunque, insisto, eso es una suposición por nuestra/mi parte.]

Pero tras su victoria, Wen Zhong no ocupó el territorio Wu: se retiró a los ejércitos. Ésa era otra estratagema del ministro, para no enfrentarse directamente al grueso de la fuerza enemiga.

El ejército Wu, que volvió a toda prisa desde el norte, se dirigió a la capital del reino, Gusu (actual Suzhou), para concentrarse, descansar del viaje y que el rey Fuchai evaluara la situación.

El inteligentísimo Wen Zhong atacó de nuevo (en el 473 a.C.), sin darles tiempo a reorganizarse, encerrando a todo el ejército en la capital y destruyéndolo tras un asedio de tres años.

Fuchai intentó rendirse a Goujian pero éste, que había aprendido la lección tras todos los sufrimientos que padeció durante su cautiverio y, deseando venganza, rechazó su rendición: no estaba dispuesto a aceptar nada que no fuera la más completa aniquilación de la dinastía Ji y la conquista del reino de Wu.

Con su heredero muerto, con el país debilitado y devastado, asediado sin posibilidad de refuerzos por un ejército poderoso y un enemigo determinado, Fuchai se suicidó tras ver rechazada su oferta de rendición.

Goujian no estaba dispuesto a repetir los errores que el mismo Fuchai había cometido con él: conquistó el país de Wu, pero no lo dirigió a través de un vasallo, sino que lo asimiló dentro de su propio reino, y ordenó matar a todos los miembros supervivientes de la dinastía rival… y a todos los sabios y funcionarios del reino de Wu para que no quedaran trazas de resistencia y eliminar las posibilidades de una rebelión futura. A tal grado de crueldad llegó la venganza de Goujian que ordenó destruir todos los “libros” (por aquel entonces, rollos de tablas de bambú atadas y trozos de seda escritos) y registros que mencionaran Wu como entidad independiente… e incluso ordenó matar a SUS propios funcionarios que no se hubieran mostrado eficientes en y/o partidarios de la lucha contra Wu.

Ejemplo de libro de bambú: el Arte de la Guerra, de Sun Tzu.

Estas últimas acciones fueron las que motivaron a Fan Li a tomar la decisión de abandonar a su señor e iniciar una carrera propia… la que le llevó a ser considerado el primer economista conocido de la Historia.

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3. La carrera empresarial de Fan Li.

Ya sólo por su papel como el eficacísimo “ministro de Economía” de Yue, Fan Li se aseguró un puesto en la Historia… pero es que su aportación no terminó ahí. Al contrario, fue precisamente cuando abandonó su “carrera política”, que Fan Li obtuvo su lugar entre las figuras más relevantes de la historia china.

Seguramente os estéis preguntando… si Fan Li había triunfado en el lado ganador de la guerra, ¿por qué lo abandonó todo?

Goujian se había convertido, tras su victoria, en el último de los ba (“gobernantes hegemónicos”) del periodo de las Primaveras y los Otoños.

Después de derrotar a sus adversarios, a Goujian se le fue yendo la cabeza poco a poco. Como ya hemos visto, se dedicó a matar a sabios y funcionarios y quemar registros pero, además, fue celebrando cada vez más fiestas, regodeándose continuamente en su victoria y abandonando su frugal estilo de vida hasta terminar en una sucesión de orgías decadentes.

Fan Li, que no ha pasado a la Historia por ser precisamente el hombre más tonto de China, se percató de ello y, en plena cúspide de su carrera política, decidió “salir por patas” de Yue, abandonando a su señor, porque se dio cuenta de que continuar al lado de Goujian iba a terminar por no ser bueno para su salud.

Así que decidió abandonarle y huir de Yue. Pero, antes de eso, advirtió a su buen amigo Wen Zhong de lo que podía avecinársele:

Goujian es un hombre que compartiría sus penas pero no sus alegrías.

Y añadió:

niǎo jìn gōng cáng

tù sǐ gǒu pēng

«Una vez el buen arco ha derribado a los pájaros, se deja a un lado.

Cuando se ha cazado a las liebres… se cocina a los perros.»

Los perros en esa advertencia tan poética obviamente eran ellos dos: los ministros del rey. La segunda frase ha pasado al idioma chino como un refrán que alude a que cuando un ayudante ha dejado de ser necesario, suele ser eliminado.

Fan Li estaba aconsejando a Wen Zhong que ambos se retiraran a una vida “más tranquila”, pero su amigo decidió no acompañarle. Según la tradición, el buen hombre decidió que su honor le dictaba quedarse junto a su señor, se volviera loco o no, aunque lo dijo muy “finamente”:

Me temo que me falta tu determinación.

Bueno, aquí podemos observar claramente ya una serie de distinciones personales que fueron las que hicieron de Fan Li el hombre de negocios más importante de su tiempo en China:

-Fan Li, en su legado, NUNCA deja de hacer hincapié en la importancia de la empatía y en conocer y prever la conducta de la persona a la que te estás dirigiendo (en este caso, previó que al rey se le iba a acabar yendo la cabeza). Eso lo acabó aplicando después a sus clientes.

-Nunca hay que desperdiciar una oportunidad, sea ésta para progresar… o para salvarse. Aun a pesar de estar en la cúspide de su carrera, Fan Li optó por abandonar cargo, patria, casa, fortuna, amistades y demás. Es decir, ponderó los pros y los contras de la decisión. Aplicó esto a la hora de emprender un negocio y de abandonarlo, porque se vio obligado a ello en más de una ocasión.

-Wen Zhong, en la tradición china, representa el arquetipo de vasallo leal, testarudo, honorable, con cualidades prácticamente militares, cuadriculado, obediente y poco flexible en su comportamiento. Fan Li representa el pragmatismo, la flexibilidad, la persona que honra un contrato pero es en última instancia independiente, y está más atento a las posibilidades de progresar y obtener beneficio… es un primer modelo de “homo economicus”, que rompe con la tradición feudal de sumisión absoluta e incuestionable. Luego veremos cómo esas actitudes se repiten o tienen un cierto paralelismo en la obra de muchos otros autores de la época de las Primaveras y Otoños… como Confucio.

En fin, que Fan Li salió de Yue con lo que pudo reunir junto con su mujer y sus tres hijos varones, dispuesto a iniciar una nueva vida en otra parte.

[Nota: Por cierto, que numerosas tradiciones, leyendas y óperas chinas (y no las crónicas) recogen que su mujer no fue otra que… Xi Shi.

Lo más seguro es que ella no fuera su mujer, insisto, pero si lo fue no hace más que revelar que Fan Li de tonto no tenía un pelo… anda que se escapó con la más fea y la más tonta. Y anda que ella no fue lista: se escapó con el economista.]

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3.1. Fan Li (Chiyi Zi Pi), empresario de éxito en Qi. Segunda fortuna.

Las crónicas recogen que Fan Li huyó en bote con su familia hacia el estado vecino de Qi (aproximadamente el territorio de la actual provincia de Shandong con capital en Linzi, actual Zibo), junto al mar Amarillo. Allí cambió su nombre por el de Chiyi Zi Pi (también escrito Zipi o Zibi) para que no le reconocieran y evitarse las iras de su anterior patrón (por si se ponía a buscarle). Decidió abrir un negocio con el que volver a crear una fortuna usando de base financiera lo poco que pudo traer de Yue… y poniendo en práctica las cosas que “aprendió” en su papel como ministro, claro.

Una de las características más particulares de Fan Li como economista es que el tipo era muy consciente de que había que estudiar concienzudamente a qué se va a dedicar uno económicamente antes de hacer nada como comerciante o empresario. ¿Os acordáis del estudio que realizó para la cría de carpas y cómo potenció la industria metalúrgica de Yue? Pues aplicó lo mismo para abrir un negocio.

Estudió de manera intensa las posibilidades económicas del nuevo país en el que se había asentado y evaluó con sus conocimientos geográficos qué era lo que podía producir ese país que se pudiera aprovechar.

Fan Li, que había ido a parar a un estado costero… abrió una salina. Se dedicó a exportar sal a todos los demás reinos.

Como podéis ver, fue un pionero del estudio de mercado.

Pero, ojo al dato: fue un pionero consciente del estudio del mercado, no lo aplicó intuitivamente, sino que tomaba las decisiones después de decidirlas seriamente mediante estudio, recopilando datos geográficos, culturales, preguntando a la gente, etc. Otra cuestión importante es que Fan Li no se limitó a ver qué podía producir el país, sino que era consciente de la necesidad de logística y distribución de un producto: no vendía sal en un país costero, donde le iban a dar cuatro perras por ella porque todo el mundo la tenía a su alcance… si es que se la compraban. Se dedicó a vender el producto donde hacía falta, esto es, en el interior de China. Allí era donde necesitaban el producto y donde lo iba a poder vender a mejor precio.

Fan Li no se estuvo quieto: encargó a sus hijos que, con los beneficios que obtenía la salina, compraran tierras con las que poder cultivar. No se sabe exactamente a qué se dedicaron los hijos de Fan Li pero lo que los economistas actuales hacen notar de Fan Li como estratega comercial es que:

1) -Reinvertía los beneficios (no se estaba quieto, no era acomodaticio ni se detenía en el éxito inicial).

2) -Expandía su actividad comercial en cuanto tenía ocasión e incrementaba así los beneficios.

3) -Diversificaba los riesgos al dedicarse a más de una actividad comercial.

Son características básicas de un emprendedor comercial.

Obviamente, el éxito de “Chiyi Zi Pi” no pasó desapercibido para las gentes de Qi: un recién llegado al reino se había convertido en pocos años en uno de sus ciudadanos más ricos. Y no pasó mucho tiempo antes de que se rumoreara acertadamente que él no era otro que el famoso Fan Li.

Los rumores llegaron a oídos de Ao Ping, duque de Qi (reinó entre el 480–456 a. C.), el gobernante del país quien, al enterarse, decidió contratar a Fan Li como ministro. Ao era conocedor del éxito que había tenido Fan Li como ministro en Yue y quería para su país la misma hegemonía que había logrado el otro reino.

La anécdota es ciertamente divertida y triste a la vez. Cuando el funcionario ducal se presentó ante Fan Li, le explicó que el soberano había decidido concederle el título de “canciller” (ministro de más alto rango) de Qi. Fan Li respondió que estaba tan anonadado por el halago que necesitaba de un día para dar una respuesta.

Cuando fueron a buscarle al día siguiente, Fan Li ya se había marchado con su familia.

¿Por qué huyó otra vez Fan Li?

Porque mientras estuvo en Qi, le llegó la noticia de que Goujian, su antiguo patrón, había ordenado suicidarse a su gran amigo, Wen Zhong (las historias en las crónicas varían en el por qué, señal de que el rey lo había matado sin un motivo sólido o estaba mal de la cabeza: porque se había enamorado de una de sus concubinas, porque se temía un golpe de Estado, porque ya no confiaba en alguien que había sobornado a los enemigos, por rumores de ministros celosos…).

Fan Li no quería saber nada más de política, ni de caprichosos señores aristócratas y decidió huir otra vez.

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3.2. Fan Li (Tao Zhu Gong), empresario de éxito en Linzin (Zibo). Tercera fortuna.

Fan Li no huyó del estado de Qi, sino que se quedó dentro de sus fronteras. En esta ocasión, para evitar que le descubrieran, se dedicó a actividades comerciales dentro de una gran urbe, en vez de dedicarse a actividades más rurales en un entorno donde todo el mundo le podía acabar reconociendo… y, además, en las ciudades existían más oportunidades de negocio: “emigró” a Linzin (Zibo), la capital del reino.

Fan Li adoptó el nombre de Tao Zhu Gong (“don” o “señor Tao Zhu”, Táo Zhūgōng en pinyin), que es el nombre con el que se le conoce en numerosos relatos y en el “tratado económico” que dejó tras de sí.

Fan Li dejó constancia de que escogió Linzin como lugar de residencia porque era una ciudad próspera y, sobre todo, porque estaba muy bien conectada y comunicada. Un negocio de éxito podía ver multiplicado aun más su éxito en un entorno así.

Obviamente, el nuevo Tao Zhu Gong no podía confiar ahora en establecer un monopolio de producción en este lugar como le había sucedido con la sal. Fan Li necesitaba de un producto diferenciado, que la gente necesitara y de lo que él supiera.

Se dedicó a la venta de productos farmacéuticos.

¿Os acordáis de que Fan Li había estudiado medicina (la de aquellos tiempos, claro)?

Pues le vino magníficamente bien también en esta ocasión.

Pero Fan Li, en su precipitada huida anterior, había salido con pocos fondos. Necesitaba financiarse primero antes de abrir un negocio. Fan Li ordenó a sus hijos que compraran almacenes y productos baratos para almacenarlos en ellos. La idea era tener paciencia y venderlos cuando estos productos subieran de precio… es decir, Fan Li fue uno de los primeros especuladores conscientes.

De hecho, una de sus máximas, que veremos más adelante, fue la de “compra barato y vende caro”, que es la idea más básica de todo comerciante.

A ver, entended el concepto: ya sé que la palabra “especulador” está muy denostada hoy en día pero esa acepción de la palabra “especular” no es necesariamente peyorativa per se:

Efectuar operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios.

http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?LEMA=especular

“Fan Li & Hijos” guardaron con paciencia cosas como cereal y algodón a la espera de un año de malas cosechas o de escasez para poder revender con buenos beneficios. Con ellos, fundaron negocios que dieran beneficio continuamente, no sólo los años malos o de escasez.

La familia de Fan Li se dedicó, después de haberse asentado, a la venta de productos farmacéuticos (de la medicina tradicional china): hierbas medicinales, infusiones, cataplasmas, remedios caseros, etc. Y a la venta de telas, especialmente sedas.

Como véis, escogió centrarse en productos de lujo (relativamente caros) y muy diferenciados. Y muy solicitados, también.

Tao Zhu Gong se hizo muy famoso de nuevo, pero bajo este nombre (en China se le conoce más a nivel popular como Tao Zhu Gong que como Fan Li). La inmensa mayoría de crónicas refleja que se hizo un hombre muy rico. Algunas, de hecho, citan que se convirtió en el hombre más rico de su época (no dicen si del reino o de toda China, seguramente lo primero). Tanto si se descubrió de nuevo su verdadera identidad como si no, lo cierto es que las autoridades no volvieron a molestarle, y pasó el resto de su vida dedicado a los negocios.

Bueno, pues ya hacia el final de su vida (se dice en la tradición que Fan Li murió a la edad de 89 años), se le acercó un comerciante anónimo (otros relatos dicen que fue un grupo de éstos), interesado en saber cómo había logrado reconstruir su fortuna tantas veces.

Según algunas crónicas, Fan Li entregó al comerciante un “libro” (un conjunto de tablas de bambú atadas) donde recogió los consejos y pautas que, a su juicio, habían constituido la clave de su éxito como comerciante. La mayoría de los historiadores cree más bien que se les dictó a un escriba o similar… o que el libro se redactó poco después de su muerte por alguien que quiso reflejar los principios y consejos que describió oralmente al final de su vida.

Independientemente de que Fan Li escribiera en persona la obra o que la obra describiera su actividad comercial y “vida económica”, ésta constituye la principal aportación de este personaje histórico al mundo de la Economía científica y académica.

Retratos idealizados de Fan Li por edades.

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4. La obra economicista de Fan Li: El consejo de jade para la dirección de un negocio.

A esta obra que Fan Li creó (directa o indirectamente) se la conoce como el Jīng Shāng Băo Diăn (literalmente, “El Consejo de jade para la dirección de un negocio”), aunque en inglés os encontraréis más frecuentemente el título como Golden Rules of Business Success (“Reglas de oro del éxito en los negocios”). A veces, incluso, os la encontraréis titulada o subtitulada como The Art of Trade (“El Arte del Comercio”), como haciendo querer ver un paralelismo con el famoso El Arte de la Guerra de su supuesto contemporáneo, Sun Tzu.

La obra consiste, básicamente, en la enumeración y explicación de una serie de consejos para ser tenidos en cuenta por todo el que desee manejar un negocio.

Es una obra hecha por un comerciante por y para comerciantes y con un “sabor” plenamente economicista, prácticamente de manual de marketing y de recursos humanos.

La obra original no ha llegado hasta nosotros inalterada (tened en cuenta que proviene del siglo V a. C., leñe). Sabemos que la obra original contenía dieciocho principios enumerados por Fan Li.

La obra que ha llegado hasta nosotros, está comentada por un escriba y transcriptor anónimo (probablemente de los tiempos del emperador Shi Huangdi) el cual elaboró más esos principios resumidos, sumándole numerosas anécdotas que le sucedieron a Fan Li en vida (y que la obra original no contenía), y convirtiéndolos en doce principios afirmativos y doce negativos (doce cosas que hay que hacer y doce “salvaguardas” o cosas que no hay que hacer en los negocios).

Son consejos muy poéticos, generales, básicos y un poco ingenuos algunos de ellos, pero quizás por eso le resulten adorables al lector en la sencillez de su exposición.

Vamos a estudiar esos principios.

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4.1. Los principios económicos de Fan Li.

A) Los doce principios de negocio. Son consejos para tener éxito en un negocio:

1)      “Sé un buen juez de carácter. Conocer el carácter de las personas asegurará la solidez de tus cuentas”.

Básicamente, Fan Li está diciendo aquí que tienes que ser capaz de percibir por ti mismo, con tu experiencia, las características de las personas mediante las evidencias que éstos te muestren.

La historia que ilustra este principio cuenta que uno de los tenderos de la farmacia de Tao Zhu Gong (Fan Li) estuvo a punto de tener un accidente porque estaba saturado de trabajo. Fan Li se dio cuenta de ello y decidió contratar a un ayudante. Pero como era un puesto muy, muy delicado (tendría que manejar la contabilidad), decidió aconsejarse por su otro ayudante, y éste le llevó a ver a tres jóvenes que parecían prometedores y que se dedicaban a ganadear búfalos de agua. Cuando fueron a buscarlos, el primero estaba dormido, el segundo apostando con unos amigos y el tercero, estaba pasando los búfalos de un lado a otro de la orilla. Fan Li escogió al tercero, de nombre Xiăo Wén, sin siquiera entrevistarlo (Xiao Wen aparece en multitud de relatos junto con Fan Li, como su discípulo). Años después, Xiao Wen se había convertido en un excelente tendero, alabado por todos. Los tenderos ancianos estuvieron de acuerdo con la obvia decisión de Fan Li, ya que el primero de los chicos había acabado durmiéndose en su trabajo y causando un incendio, mientras que el segundo, acabó robando a su patrón para saldar sus deudas de juego. Fan Li añadió a eso que él escogió a Xiao Wen no sólo por su capacidad de trabajo, sino para evitar las pérdidas que preveía iban a causar los otros dos. Porque quería obtener beneficio y evitar pérdidas, las dos cosas a la vez.

Como podéis observar, Fan Li veía las ventajas en los dos lados de la idea del “vaso medio lleno y el vaso medio vacío”.

2)      “Oriéntate al cliente. Tratar a la gente con respeto te hará ganar una amplia aceptación y hará mejorar el negocio”.

Este consejo se centra en aprender a manejar a las personas y nunca prejuzgar una perspectiva o posibilidad de venta porque, como mínimo, obtendrás publicidad si los tratas bien. El relato que acompaña a este principio cuenta que unos ancianos con pobre aspecto entraron en la lujosa tienda de sedas de Fan Li. Ah He, el tendero ayudante, al ver su aparente pobreza, no les atendió. Cuando Fan Li pudo terminar con otro cliente, se puso a atender a los ancianos y les preguntó con mucha cortesía cuál era la causa de que acudieran a una tienda de sedas. Resultaba que el duque de Qi había nombrado a su hijo mayor funcionario de alto rango y querían celebrarlo con ropas nuevas. Fan Li les atendió personalmente, les hizo recomendaciones y ordenó a Ah He que les acompañara. Después de aquello, amonestó al chico porque había prejuzgado a unos clientes potenciales por su aspecto. Añadió que había que atender bien a los clientes aunque sólo fuera porque eso daba fama y buen nombre al negocio. Al día siguiente, se presentaron numerosas clientas porque la anciana había recomendado a sus amistades la tienda de Fan Li.

Es una estrategia que busca la fidelización del cliente y la publicidad gratuita asociada.

3)      “Permanece centrado en el negocio. Olvidar lo antiguo por lo nuevo es la maldición de muchos negocios”.

Fan Li advierte que se tiene que estar centrado en un negocio hasta que éste dé fruto (que hay que tener paciencia, vaya), y hay que evitar innecesariamente el “saltar” de un tipo de negocio a otro, especialmente a uno del que no se conozcan los entresijos y particularidades. Aconseja dedicarse “a lo que uno sabe”. Se ilustra este concepto con la historia de la ruina de un apicultor que dejó la cría de abejas porque era un trabajo muy oneroso, para dedicarse a la producción de fruta sin saber que los árboles tardan años en dar frutos hasta que han crecido.

4)      “Sé cautivador en la promoción de tus ventas. Cuando los productos están bien expuestos, atraerán la atención de mucha gente”.

Una presentación desorganizada no llama a la venta. Fan Li es el precursor más antiguo conocido de conceptos hoy tan conocidos en marketing como el placing de los productos.

5)      “Sé rápido en responder. La vacilación o la indecisión te harán llegar a la nada”.

Aunque no lo parezca por el título del consejo, Fan Li hace referencia a la rapidez de decisión y de actuación que se obtiene si se está bien organizado.

6)      “Sé vigilante en el control del crédito. La vigilancia y la prudencia harán ganar mucho a tu negocio”.

Este consejo es especialmente “chino” si se me permite la expresión. Los chinos son especialmente vehementes a la hora de exigir un pago. Son muy conservadores en este aspecto: poco dados a conceder préstamos y no llevan bien el retraso en el pago de las deudas. También es un aviso para no conceder crédito o dejar a fiar a quien sea obvio que no puede pagar.

Fan Li hace hincapié en mantener la contabilidad al día y en tener la capacidad de poder solicitar los pagos (que no siempre se tiene).

7)       “Sé selectivo: contrata sólo a los mejores. Escoger a la persona correcta para el trabajo adecuado conllevará el que puedas confiar en y depender de él”.

Hay que utilizar a los empleados de manera que saquen a relucir todo su potencial personal. Muy relacionado con lo que vimos cuando los ministros de Goujian aconsejaron al rey contratar a los mejores instructores con independencia de su condición. ¿Os acordáis de que se llegó a contratar a una mujer como instructora de esgrima?

8)      “Sé valiente en la promoción de tu producto. La elocuencia puede ser una forma de ganar fortuna y de iluminar a la gente”.

Fan Li dice que hay que “educar” a los clientes en el valor de tus productos y que no hay que ser cobarde a la hora de hacerlo. Qué forma más poética y más bonita de decir que hay que hacer publicidad de las bondades de tu producto. Es más, es que llega a decir que hacer eso contribuye a “iluminar” (a hacer mejores) a tus clientes… y que el mercader tiene como una especie de responsabilidad similar a la de filósofos y maestros en política y arte… pero en lo concerniente al mercado.

Es una forma de “elevar” el denostado papel del comerciante que busca beneficio.

Este consejo es, sencillamente, delicioso.

Y uno de los primeros testimonios de la importancia de la publicidad (no es el primero: se conocen anuncios publicitarios incluso de la época egipcia).

9)      “Sé inteligente a la hora de adquirir tus productos. Regatear sobre cada onza de producto no tiene por qué reducir el coste que tengas que pagar.”

No siempre lo barato es lo mejor. Puede que, con tanto pedir un precio bajo por nuestros suministros, materias primas o material de venta, acabemos comprando los peores productos y luego no podamos venderlos de tan malos que son… con lo cual, al final, habremos salido perdiendo. Es por eso que dice Fan Li que hay que ser “inteligente” a la hora de adquirir productos, no avaricioso. Que “la avaricia rompe el saco”.

Es también una primera mención al control de calidad.

10)  “Permanece atento a la hora de analizar las oportunidades (del mercado). La práctica del negociante astuto requiere tener la habilidad de vender y almacenar en el momento adecuado”.

Aprender a conocer los ciclos y tendencias (de negocio): qué es lo que se vende, dónde y en qué momento. Esto tiene mucho que ver con la experiencia de Fan Li: aconsejó a sus hijos comprar barato y vender caro cuando el ciclo de negocio lo aconsejara, como en la producción de cereal y de algodón. Obviamente, eso implica tener mucha paciencia y esperar al momento oportuno. Es una de las primeras menciones de especulación económica consciente y de reconocimiento de la existencia de los ciclos de negocio.

11)   “Dirige a los demás mediante el ejemplo. La camaradería y la confianza surgirán de manera natural cuando se hagan respetar una disciplina y unos estándares elevados”.

Ten reglas sólidas y estándares definidos que aseguren una buena relación entre todos.

Prácticamente ningún oriental tradicional os hará valer principios caóticos. Fan Li, como buen ciudadano de una época turbulenta, no deja de enfatizar la importancia de tener unos valores de referentes y de actuar como modelo y ejemplo a seguir para tus servidores y tus conciudadanos. Muy confuciano todo ello, como podréis observar… y muy aplicable a la gestión de recursos humanos y liderazgo empresarial.

12)  “Ten visión de futuro. Cuándo ir más lejos y cuándo apretar o aflojar dependerá de la situación”.

Este consejo es básicamente el mismo que el nº 10, pero haciendo ver que se deben tener en cuenta con antelación, a ser posible. Y con paciencia, muuuucha paciencia.

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B) Veamos ahora las doce “salvaguardas”. Son consejos que intentan evitar pérdidas, malas situaciones y fallos en los negocios:

1)      “No seas estrecho de miras ni tacaño. Intenta ver el conjunto de la situación”.

Este consejo intenta que se evite la cortedad de miras a la hora de invertir. De ahí la advertencia contra la tacañería. Una inversión escasa puede generar un negocio que no cumpla todas las expectativas (de ahí lo de mantener de referente “el conjunto de la situación” o “la visión general” y no quedarse en la queja de que está costando mucho llevar el negocio).

2)      “No seas ostentoso: no necesitas gastar en exceso para crear una buena impresión.”

Esto parece venir «heredado» de los resultados tan buenos que dio la política inicial de frugalidad y ahorro del rey Goujian. Efectivamente, el rey Goujian no necesitó gastar grandes lujos en su persona para poder vencer y alcanzar su objetivo. Si os acordáis bien, el que el rey fuera frugal no quitó para que invirtiera donde tenía que invertir (desarrollo de industrias, la agricultura, contratación de buenos profesionales…). Este consejo no quiere decir que no gastes, sino que no gastes en cosas innecesarias para obtener tu objetivo.

3)      “No seas indeciso. Permanece alerta y sé flexible para aprovechar las oportunidades y detectar las amenazas. El tiempo es esencial a la hora de aprovechar una oportunidad.”

Este consejo es una obvia influencia militar. Lo mismo que Fan Li predica la paciencia esperando una oportunidad, predica que no se puede perder tiempo para aprovecharla cuando surge.

4)      “No seas vago. No hay lugar para la complacencia. Lidera mediante ejemplo con tu propio trabajo duro y no seas lento en recaudar tus deudas. Si no, tu liquidez se verá afectada.”

No se sabe muy bien de dónde proviene este consejo. Parece ser que Fan Li quería advertir contra los peligros de dejar que te debieran mucho dinero… y que no se debía ser perezoso o tener vergüenza de reclamar el pago de las deudas. Fan Li hace mucho hincapié en deber lo menos posible y en tener el máximo líquido posible (para reinvertir, no necesariamente para ahorrarlo).

5)      “No seas testarudo. La testarudez te hace perder oportunidades y no crea buenos negociantes. Mantente al ritmo de las cosas y realiza progresos. Examina las nuevas cosas con objetividad.”

Es una advertencia para no estarse quieto. Si os fijáis en la trayectoria vital de Fan Li, si éste se salvó y logró medrar varias veces es porque no se acomodó nunca. Siempre estaba “a la que saltaba”.

Y otra cosa más: es una advertencia para reinvertir continuamente y adaptar el negocio. Que no se quede obsoleto. También para reinvertir en nuevas oportunidades que surjan. Fan Li utilizó los beneficios de un negocio para crear y potenciar el siguiente («expansión económica«), aumentando sus beneficios y diversificando el riesgo.

6)      “No discutas en exceso, ni seas rudo, ni insensible ni poco razonable. Aprende cuándo hacer un tanto y cuándo retirarte graciosamente. No sigas ciegamente a la masa, asegúrate de que las oportunidades son reales y no parte de una locura temporal.”

Un consejo muy, muy sano y muy, muy actual. Es una advertencia contra el “si todo el mundo hace eso de tirarse a un pozo, pues yo también”. Es una apelación a mantener la cabeza fría ante las modas. Si todo el mundo invierte en lo mismo, ese negocio acabará por no dar buenos beneficios. Y la competencia será muy dura.

7)      “No te expongas abiertamente. A una persona centrada no se le tienta fácilmente para que se exponga en público ni salta de inmediato para batallar contra su competidor.”

Un consejo muy curioso advirtiendo contra emprender guerras comerciales y quedar en ridículo, salvaguardando el buen nombre.  Eso del «buen nombre» tiene que ver con el hecho de que un comerciante con mala fama venderá menos que uno con buena fama. Se ve que las guerras comerciales y de prestigio son antiguas de narices y no cosa reciente.

8)      “No seas avaricioso con el crédito ni compres en demasía con él. El crédito no es una licencia para gastar salvajemente.”

Los economistas más sensatos del mundo llevan advirtiendo contra el abuso del crédito desde hace mucho tiempo, por lo que se ve. Y, por lo que se ve, si han realizado estas advertencias desde tan antiguo… es porque se incumplían desde tiempos antiguos. Las crónicas chinas más antiguas recogen verdaderas salvajadas de préstamos solicitados por gobernantes y funcionarios. Habréis podido comprobar que Fan Li no para de advertir de los riesgos y problemas del crédito. Sólo lo utilizaba cuando no tenía más remedio. Ciertamente, no es para abusar de él. Está para salir de un apuro, no para utilizarlo constantemente ni, mucho menos, para utilizarlo imprudentemente.

9)      “No te enzarces en una competición innecesaria. No rebajes los precios de manera arbitraria. Eso sólo desencadenará una guerra de precios en la que todos perderán.”

Es impresionante observar que ya existían las “guerras de precios” en la época. Es más, a nivel de los mercaderes, se las percibía como extremadamente dañinas (para ellos, claro). Hace un llamamiento a no caer en la trampa fácil de competir mediante rebajas de precios porque, a la larga, es más perjudicial que beneficioso. Mucho ojo, no dice “que no se utilicen”, sino que se eviten en la medida de lo posible, como dando a entender que hay ocasiones en las que reducir los precios sí es deseable.

10)  “No ahorres ni gastes en exceso. Mantén unas reservas saneadas. Cuando el negocio escasee, el que tenga dinero podrá expandirse mientras que los demás, cerrarán.”

Esto es una vuelta a repetir lo mismo que dijo antes: se necesita un dinero inicial para hacer una inversión o una reinversión. No se debe gastarlo todo, eso es imprudente, especialmente en el caso de unas “vacas flacas”. De todos es sabido que, en una época de crisis económica (como la actual), el que dispone de más líquido (o efectivo) es el que se puede permitir comprar más cosas a buen precio.

11)  “No ignores las tendencias cambiantes de los negocios y sus condiciones. No trabajes contra los ciclos de negocio. Cuando las cosas bajen de precio, volverán a incrementarse, y viceversa.”

Es un consejo de especulador: hay que estar atento a las oportunidades y tener la paciencia de esperar a que lo que hoy compras barato, mañana se vuelva caro… y, entonces, vender y sacar beneficio.

Es una constatación de que se conocían los ciclos de negocio desde muy antiguo (las religiones orientales hacen mucho hincapié en los ciclos de la naturaleza). Y que se podía especular con ellos, claro.

12) “No te centres en demasía en el producto actual. Asegúrate de que tus vendedores siguen tus procedimientos.”

Son dos consejos en uno. No se sabe exactamente a qué se refería con lo segundo, pero está claro que lo primero es de una influencia fundamental: hay que diversificar el riesgo del negocio. Si te centras demasiado en un tipo de negocio, te arruinarás completamente si te va mal… si sigues varios modelos de negocio, los que tengan éxito compensarán o superarán a los que se demuestren fallidos, permitiéndote sobrevivir y/o expandir el negocio.

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4.2. Comentarios a la “obra economicista” de Fan Li.

La importancia de Fan Li es tal que se le tiene tradicionalmente como el “fundador” o “primer sistematizador” del “pensamiento económico chino”.

Pero lo cierto es que las reglas que dio son muy variadas y no están totalmente sistematizadas. De hecho, cuenta la tradición que cuando Fan Li entregó estos conceptos al comerciante que se los solicitó, le dio un último consejo: que fuera flexible en su aplicación y no los tomara al pie de la letra.

Ciertamente, esos principios o ideas han tenido una influencia inmensa en el desarrollo de la economía china e incluso asiática (coreana, japonesa y vietnamita), pero de ahí a considerarlo “el fundador de la escuela de pensamiento económica china” como he leído en algunos sitios, creo que va un abismo.

No podemos dejar de ver que Fan Li no es más que un hombre de su época, influido por ella, y que su aportación no es otra más que una serie de consejos morales, tremendamente prácticos y ciertamente basados en la experiencia y la experimentación y no en la intuición o en la improvisación, pero esa aportación no deja por ello de ser una aproximación muy, muy básica.

Fan Li predica una economía sencilla, de sentido común… y una cosa muy necesaria en estos tiempos actuales nuestros: predica una economía muy moral, muy cívica y muy responsable.

Obviamente, no deja de lado que el objetivo principal del negociante es el de obtener beneficio, por supuesto, pero como habréis podido leer, no deja de remachar que eso no puede ser a costa de cualquier cosa. Que no todo vale. E incluso llega a predicar que el dinero, si se convierte en una carga, debe ser abandonado (como cuando tuvo que dejar varias veces su fortuna atrás, con tal de salvarse, que ya tendría tiempo de recuperarse).

Ban Liang de bronce. Moneda china del periodo de las Primaveras y Otoños. El agujero es para poder atar y llevar varias.

Es el mismo caso que se da, curiosamente, a nivel de toda la cultura china: predica una flexibilidad… hasta cierto punto.

Ese punto lo dicta una especie de “moral intuitiva” que toda persona debería conocer y que los «hombres sabios» (mercaderes incluidos) tienen la obligación de enseñar y hacer valer.

Con el ejemplo, a ser posible.

Es prácticamente, una “economía a medio camino entre filosofía y pragmatismo”, que guarda numerosos paralelismos con la obra de Confucio, que fue contemporáneo de Fan Li.

Retrato tradicional de Confucio.

Fan Li y Kǒng fū zǐ (Confucio) vivieron en una época muy turbulenta, con numerosas guerras, enfrentamientos, desestructuración social… y ambos hombres intentaron, cada uno a su manera, predicar o hacer valer una serie de ideas que confirieran la tan ansiada por todos estabilidad en la sociedad china de su tiempo.

Es por eso que su “obra” (indirecta en el caso de Fan Li) sea tan moralista y reflejen cosas como la paciencia, el buen trato, el respeto hacia otras personas, la cortesía, la meritocracia… y tanto uno como otro se quejan de los desmanes de la aristocracia guerrera, y a la vez son inflexibles con las obligaciones morales de unas personas hacia otras. Y no dejan de decir entre líneas que “cada uno en su sitio aunque nos podamos mover ligeramente”.

La verdadera importancia que Fan Li tiene para el estudio académico de la Economía es que constituye el referente más antiguo conocido de la expresión de conceptos económicos y mercadotécnicos tan básicos como:

-La diversificación del producto.

-Las guerras de precios y la lucha económica competitiva.

-Los ciclos de negocio.

-La ambivalencia del crédito.

-La especulación.

-La búsqueda de oportunidades de inversión.

-La primera referencia a las cuatro P’s del márketing (product, placing, promotion, price: producto, distribución, promoción y precio”).

Y habló de la importancia de todos esos conceptos en pleno siglo V a. C., muy lejos de los lugares que el lector tradicionalmente considera como cuna u origen del estudio economicista (en China), y trató sobre todo ello como aspectos naturales de la sociedad humana… y concediéndoles la importancia que, de por sí mismos tenían como componentes de una de las área de conocimiento más importantes del ser humano: en el campo de los negocios, en el campo de la Economía.

Gracias a él, sabemos que esos conceptos no son extraños ni «alienígenas», sino que son propios de la actividad humana desde muy antiguo y para culturas muy diferentes. No son invenciones descabelladas o «artificiales», sino adaptaciones naturales en el proceso de evolución social y cultural del ser humano.

Quizás muchos de mis lectores no le concedan importancia a esto, y consideren que Fan Li es más importante en términos bélicos, políticos e incluso como figura legendaria y romántica.

Ciertamente, Fan Li es más conocido hoy en día como el protagonista de las leyendas de amor junto a Xi Shi o por su papel como formidable estratega, político maquinador y arquero mítico.

Ópera tradicional china: los actores representan a Fan Li y a Xi Shi.

Muchos no verán el papel de Fan Li como economista muy atractivo o “glamuroso”.

Me vais a perdonar que me enternezca y que no pueda evitar el intentar daros a conocer esa faceta de este personaje histórico aunque sólo sea porque los economistas también tenemos nuestro corazoncito y lo que un servidor ha intentado, ni más ni menos, es daros a conocer su obra, sus aportaciones y su importancia en mi área de conocimiento… en la lengua de mis padres.

En castellano.

En español.

Fan Li ya tiene muchos trovadores que se encargan de cantar sus hazañas como político, guerrero, amante y figura mitológica que personifica al dios de las riquezas.

Yo simplemente he querido ser el trovador de las hazañas… de un economista de leyenda.

Zài jiàn.

Hasta la próxima, queridos lectores.

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Bibliografía:

Chūnqiū (traducido habitualmente como «Anales de Primavera y Otoño» o «Anales de las Primaveras y Otoños»), atribuido tradicionalmente a Mencio o a Confucio, en la actualidad se cree que fue elaborado por escribas del estado de Lu.

Shiji (“Recuerdos del gran historiador”), de Sima Qian.

Speaking to History: The story of King Goujian in tewntieth-century China («Hablándole a la Historia: la historia del rey Goujian en la China del siglo XX»). Por Paul A. Cohen.

Zuozhuan (“Crónica” o “Tradición de Zuo”), atribuido a Zǔo Qīumíng.

Guoyu (“Leyendas de los estados”), atribuido a Zǔo Qīumíng.

Lüshi chūnqiū (“Los anales de Lü Buwei”).

Wu Yue chūnqiū (“Los anales de Wu y Yue”), de Zhao Ye.

Una visión general del distrito de Shan Yin. Anónimo.

Tratado de Fan Li sobre la piscicultura. Anónimo, pero atribuido a Fan Li. El libro aparece por primera vez recogido dentro de la colección de libros titulada Las importantes técnicas adquiridas por el pueblo del reino de Qi, de Jia Si-xei.

Estos dos últimos libros aparecen resumidos en este enlace, en francés. Gracias a Isabel Guzmán por su colaboración en la traducción.

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5 comentarios sobre “Economistas de leyenda (I): Fan Li, el primer economista conocido de la Historia y precursor de la mercadotecnia (marketing). Una visión introductoria de la Economía en el mundo oriental.

  1. Ibeth

    Yo no creía que existiera alguien al que se le podría considerar el primer Economista :o, la verdad siempre pensaba en comerciantes, pero comerciantes Europeos.

    Esto es algo completamente nuevo para mi, siempre aprendes algo nuevo :], está muy bien explicado <3

  2. Esteban Cruz Hidalgo

    ojalá tuviese en mi facultad profesores tan claros y con valores como usted,en vez de 4 acomodados e incompetentes,quizás sea culpa del sistema más que de ellos mismos,no quiero ser injusto tampoco,muchos me parecen buenas personas, pero una cosa no quita la otra ;) . Estuve echándole un vistazo a alguno de sus post,no a todos porque son muy extensos y menudo trabajo que tienen,mucho curro le ha hechado. No tenia ni idea que de este hombre fuese el primer economista,nunca escuche ni nombrarlo,el que estudiamos como padre de la economía es Adam Smith y queda muy lejos de los que usted nombra. Le felicito por su investigación y haré una visita a su blog de vez en cuando,que aun me queda mucho por leer.1 saludo

  3. borigirl

    Hola Chezma, me han encantado todas sus lecturas y las de natsu que he leido hasta ahora. Es que tratan sus temas de una forma que todos podamos entenderlas, y se ve que se les pone mucho esfuerzo y cuidado. Para mi, ustedes son unos profes innatos. Saludos desde Puerto Rico.

  4. Iván Köhler Avilés

    Mi tiempo me tomó, pero lo he terninado (enlaces incluidos, aunque un par no me funcionó, pero eso no quita nada al artículo). Que armirable trabajo. Sin ser mi campo de estudio, me ha hecho querer saber más, por lo que continuaré con los otros artículos relativos a la economía, después de todo es menester de aquellos que somos intelectualmente inquietos, el saber cómo funciona nuestro mundo. Este Fan Li, verdad es que sus postulados abarcan aspectos básicos de la economía, pero fue el primero, hecho, en sí mismo, sorprendente. Todo comienza ahí, con el gran Fan Li (al menos en la historia registrada), por cuanto comprendo perfectamente su admiración por este gran hombre.
    Otro gran hombre, digno de no menos elogios en materias de economía, es usted estimado Chema, que se espera como pocos en instruir al lego y a los que no lo son tanto, en materias tanto de economía como de algo que se ha perdido con los siglos, sentido común, y en esto, usted y Fan Li, comparten méritos, porque en cuanto a mi repecta, usted se ha ganado su lugar en la historia amigo mío, y de qué forma. Notable como siempre.
    Nos leemos en otro artículo. Es una promesa.

    Un abrazo.

    Iván Köhler A.

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